martes, 1 de junio de 2010

Guerrillas Comunicacionales

Mito
“La creación del plan de Guerrillas Comunicacionales (…) fomenta la violencia y la politización de niños en edad escolar.” (Clarín, 17-04-2010, Argentina)

Realidad
El término “guerrilla comunicacional” fue acuñado por primera vez por el académico italiano Umberto Eco, refiriéndose a la única vía posible para escapar del carácter omnímodo y alienante de los medios de comunicación. Ante la supremacía del poder de los medios, Eco propone una acción para transformar a los receptores en actores que controlen las posibilidades de la interpretación de los mensajes mediáticos: “El universo de la comunicación tecnológica sería entonces atravesado por grupos guerrilleros de la comunicación, que reintroducirían una dimensión crítica en la recepción pasiva” (“Para una guerrilla semiológica”, en: La estrategia de la ilusión, Lumen/de la Flor, 1987. El subrayado es nuestro). El término guerrilla alude a la formación de resistencias alternativas ante el poder despótico de los medios masivos que transmiten mensajes teñidos de intereses políticos, económicos e ideológicos en toda la población receptora.

Lejos de promover la violencia, el plan piloto de Guerrillas Comunicacionales, recientemente creado por el Gobierno del Distrito Capital de Venezuela, consiste en la implementación de planes de formación en las áreas de video y televisión, radio y producción de contenidos sonoros, comunicación visual, web, multimedia y periodismo popular, dirigidos a grupos de jóvenes que de manera voluntaria decidan participar. La politización de los jóvenes es temida por los dueños del poder comunicacional, pues se avizora contestataria y rebelde, cualidad que se han encargado de cercenar y simplificar al máximo a través de su programación. Las Guerrillas Comunicacionales usan como “armas”: lápices, pinturas, cámaras y grabadoras, partiendo de las experiencias urbanas que, desde el comienzo de la Revolución Bolivariana, se vienen dando en las diferentes ciudades de Venezuela. Las pintas, esténciles y diversas expresiones gráficas, así como la generación de medios audiovisuales y radiales comunitarios y alternativos, son una realidad constante en Venezuela, lo que se ha planteado el gobierno del Distrito Capital, no es más que articular estas experiencias con las necesidades para su organización y permanencia.

En abril de 2002, en Venezuela se ejecutó el primer Golpe de Estado Mediático de la historia del continente. Los medios privados de comunicación generaron un clima de violencia y enfrentamiento que luego de perpetrado el golpe, disimularon con el silencio acerca de los hechos de resistencia popular multiplicados por todas las barriadas venezolanas (se dedicaron a transmitir dibujos animados). La participación de los medios en el golpe de estado y en el posterior lockout petrolero, así como su continua transmisión de mensajes detractores del gobierno bolivariano, deja claro quienes fomentan violencia.